sábado, 30 de junio de 2012

¿Quién se quedó con mis sueños?

De todas las cosas que soñé en la vida, nunca me imaginé la vida que tengo. No es fácil, nada fácil. Si bien amo mi trabajo, mi estilo no es precisamente el que la educación actual propone. Eso significa que, si bien existen entre mis alumnos aquellos que me valoran y respetan, los más me detestan porque les exijo y me lo manifiestan de las maneras más naturales para ellos. Dar la espalda, conversar, no estudiar, no atender, no trabajar en clase... Pero para reclamar son modelo "boy scout": "Siempre listo." 
Nunca soñé la vida que llevo para mí. Yo quería otra cosa, tal vez menos intelectual o no tan excesiva intelectualmente. Yo quería la vida simple de las personas simples: un trabajo que amara realizar, un hombre con quien compartir la vida sanamente, un par de hijos... O uno solo, da igual. Pero una familia. Mía, formada por mí. 
Dios decretó otra cosa y tengo que resignarme. Elegí estudiar mucho porque me gustaba, porque quería otro empleo para ejercer la docencia por amor y placer, lo que significaba no tener más de dos grupos. Así fue que allá, por el año 90, con 28 años y 45 kilos mojada, empecé a buscar otro empleo que nunca llegó. 
Entonces, pensé: Mejor me capacito en alguna otra cosa. Arte dramático ya había estudiado y de eso aquí en Uruguay, casi nadie vive y yo no soy precisamente Sarah Bernhardt. Así fue que ni bien se me presentaba una oportunidad, yo estudiaba. Salvo el griego, que tanto me gusta, que elegí estudiarlo por placer del conocimiento puro, lo demás fue para prepararme para un día dejar la docencia porque veía su deterioro a pasos agigantados. Y sumé uno, dos, tres diplomas, otra capacitación por aquí, inicio de la Facultad por placer allá... Y así llegó el día en que mi trabajo me quemó: empecé a sentirme mal, con gravísimos dolores de cabeza, contracturas que hasta vómitos me daban y nadie daba con lo que tenía. Hasta que un psiquiatra dio: -"Lo tuyo es un burn out." dijo a modo de sentencia. 
Ahí empezó una odisea que es dificilísima de entender si no se ha vivido al menos, algo similar. Como es una enfermedad que no se ve, salvo que te pillen en plena crisis, nadie cree que estés enferma/o de consideración. Tampoco creen que sea a causa de la enfermedad tus cambios de carácter. Por más que insistas en no angustiarte, en no preoucuparte, en no llorar, en no ponerte furibunda/o, es inútil. La enfermedad es así, hay que tratarla y enfrentarla como es. 
Claro, quien lo ve de fuera, piensa las cosas más increíbles. La primera es que estás loca. O loco. Y para quienes estamos mal, todo lo que se murmura por lo bajo - que vamos, nos damos cuenta de que tenemos una corte de psicoanalistas aficionados que jamás leyeron o vivieron a Freud y/o colegas -, cada palabra es un puñal que se nos clava dentro y nos hiere de manera brutal y feroz.
Y claro, la gente juzga, saca conclusiones, se permite decirte cosas que te destruyen interiomente. Pero ahí estaba yo... con mis crisis de llanto, de angustia, de miedo, de soledad, sin trabajo, sin sueños cumplidos salvo uno... que no me servía para nada en ese momento terrible. Ni siquiera mis padres, pobrecillos, podían ayudarme. ¿Qué podían hacer frente a una enfermedad para ellos desconocida? ¿Qué se puede hacer frente a la angustia de una hija que ve que se le va la vida y no ha sido feliz más que un ratito y tampoco muy feliz? 
La felicidad es un estado de espíritu, que tengo claro que no depende de nada externo, sino interno. Sin embargo, la concreción de algunos pocos sueños simples pueden hacernos felices. 
El "brun out" hoy está quedando atrás, no sin denodado esfuerzo de cuatro años en los cuales no solo no pude trabajar, sino que se me murieron mis padres. Los dos. Primero papá y hace apenas cuatro meses y tras largo sufrimiento, mamá. 
Miro mi realidad y me dan ganas de llorar a gritos. Vivo en un sitio donde no quiero. En una casa que era la nuestra pero que tiene tanto dolor dentro que no quiero estar aquí. Además, es demasiado grande. Mi trabajo, ese impulso vital, ese ímpetu que me llevaba hacia adelante hoy es más una condena que un trabajo. No siento que voy a trabajar, siento que voy a padecer.  Y lo peor es que es real. Y también es real que comentamos con los colegas que ellos sienten muchas de las cosas que yo siento. Pero ellos tienen veinte años menos. Al menos tienen algo que a mí se me va acabando... TIEMPO.
¿Quién quiere a una mujer cuyo pecado es haber nacido inteligente y haberlo podido aprovechar? En teoría, deberían estar peleándose por mí en varios sitios de trabajo. Pero resulta que no. Que busco y busco y no hallo otro trabajo que no sea la docencia. La amo, pero se convirtió en un amor no correspondido.
Y por otro lado, una mujer buena y decente, ni hermosa ni fea, en todo caso con sus encantos, que representa diez años menos de los que tiene, lo único que encuentra al llegar a su casa es el silencio de sus libros cerrados, en los estantes, encima de los muebles o junto a su cama, porque le gusta leer acostada justo antes de dormir. 
Yo no sé si quería ser inteligente e intelectual. Tal vez un poco, por el trabajo, pero yo quería una vida normal, con un marido, una casa, unos hijos y si me apuran, hasta admito un perro. 
Pero Dios decretó una secretaria, una actriz, una profesora, una correctora, una editora y una mujer con mucha facilidad para los idiomas  que supo aprovechar y que encima escribe muy bien. Y se lo dicen, que no es que se lo crea. Se lo dicen.
El tema es que esa mujer tiene 50, está de buen ver, puede hablar de Borges o de Peñarol, de mitología o de Jodorowsky, de cine o de educación... Y aún así, no hay un día de su vida en los últimos 15 años en que llegue a casa y no tenga quién la espere para compartir un café junto con las novedades del día. 
Por eso, aunque acepta lo que hay, no deja de sentirse idiota, cuando le dicen que no se puede tener todo en la vida o que todo se arreglará y todo irá bien. Porque el tiempo y la vida le demuestran lo contrario y si bien cree en Dios, a veces le da rabia, mira al Cielo y pregunta, con los ojos llenos de lágrimas:
¿QUIÉN SE QUEDÓ CON MIS SUEÑOS?

domingo, 24 de junio de 2012

Arcanos

A cuatro meses exactos hoy, de la muerte de mi madre, me pregunto qué destino me espera. Que no será acá, estoy segura. Y que no ejerceré más la docencia a nivel secundario, ni público ni privado, también. 
Todo el tiempo de mi vida que dediqué a prepararme para entregar "alma, corazón y vida", como la canción, en cada clase, se acabó. Si bien he pasado del Infierno al Paraíso en muchos aspectos, hay cosas que no pueden ser toleradas ni por mí ni por nadie en su sano jucio.
El prejuicio, las chacritas de poder efímero, pero mientras se tiene, se ejerce y si se puede abusar de él en perjuicio de otro mejor, la falta de estímulos, de alternativas laborales hacen que - ahora sí, definitivamente - diga FAREWELL, SIR. Eso en memoria de la película To Sir with love
A veces, el afecto de los alumnos no es suficiente para remontar ciertas trampas arteras que, aunque no se caiga en ellas, no significa que no hieran,lastimen, den rabia por la bajeza y la soberana estupidez de las mismas. 
Quien lea estas reflexiones, este monólogo interior pensará que guardo rencor. Y no, no es así puesto que "no hay mayor desprecio que no hacer aprecio." Lo que me rebela es que la mediocridad de unos pocos impida a muchos crecer y hacer crecer. 
No soy la única afectada en el tema. Somos más. Pero... lamentablemente es la única alternativa posible por ahora. 
Arcano... Misterio, eso es lo que la vida me depara. Búsqueda de nuevos horizontes es la actitud. Que no me va eso de sentarme a esperar. Ya empecé hace tiempo a buscar trabajo fuera de aquí y de la docencia.
Por la positiva: muchos estudios, experiencias varias, más desarrollada la docente. 
Por la negativa: la edad y  ser mujer. 
Sí, ser mujer a la hora de buscar trabajo pesa mucho, especialmente si se tiene preparación. 
Eso molesta. Lamentablemente es así, vivimos en un mundo machista disfrazado de postmodernismo. 
Pero a pesar de mis caídas, de mi salud algo resentida, sigo siendo una guerrera y lo continuaré así hasta que Dios marque mi hora. 
Es triste tener que renunciar a lo que se hace con amor y total entrega, por vocación. Pero la salud en juego no la pongo más. Mis mejores años se los di a la educación. Ahora los que me quedan los quiero para mí y para compartir con quien me elija quererme bien. Si alguien me elige... Chi lo sa? Es hora de pensar en mí. 
Mamá... ¡me lo dijiste tantas veces! Y yo pensé que los tiempos eran otros y yo, naturalmente, no soy papá. Él me superaba ampliamente. Pero teníamos tanto en común, que era inevitable que nos pasaran cosas similares. ¡Ay, mamita, qué razón tenías! No es que yo no te creyera, es que pensé que había cosas que yo no hacía que harían la diferencia, además del tiempo, el cambio social, ¡qué sé yo! 
Pero aún así, lo básico no ha cambiado y las cosas ocurrieron como lo dijiste. Seguro que me estás mirando y diciendo, como suelen decir las madres: "¡Te lo dije!" Cambia esa frase y guíame por mejores caminos que conduzcan a buen puerto. El que sea, pero donde mi barquito pueda anclar tranquilo, sin pensar en que le agujerearán el fondo... Te extraño, mamá.
 

Soledad

El viernes, entre las 7:15 y las 7:30 partió mi mamá. Fue como les pedí a Dios y a la Virgen de Guadalupe: no fue de asfixia y yo no lo ví. A mi padre le cerré los ojos. No deseaba pasar por eso de nuevo. Ahora - por fin - descansa. Ya no sufre, ya no toma una parafernalia de medicamentos, ya no se ahoga, no se asfixia. Descansa y está con el único amor de su vida: mi padre. Fue su único hombre, no conoció otro. Dios los tenga en su seno. Para mi fue muy duro porque estaba sola al recibir la noticia. Pero tuve un ejército de ángeles que me sostuvieron. Los nombraré por orden de aparición en mi vida: Lic. Elena González, nos criamos juntas. Auxiliar de enfermería Milka Pereira, también crecimos juntas: es la hermana de Roberto, mi compañero de escuela, mi pareja de baile en el conjunto de danzas de la escolar y mi noviecito de los 10-11 años. Lic. Araceli Giribón, colega  joven de mi madre, trabajó en la Escuela de Enfermería que mamá tenía. La excelente médica e igual amiga Dra. Fanny Barrera, a quien le tocó la difícil misión de darme la noticia y, finalmente, Elisa, la encantadora y cariñosa señora que nos ayudaba a cuidarla. A Elisa, Fanny y Araceli, ¡GRACIAS! por ayudar a mi madre a irse de este mundo sin sufrimiento. A todas, por sostenerme en el momento de darme la noticia. A nuestra hermana ya, nuestra fiel Leo (Leonor), madre de mi ahijado, que hace 40 años que está junto a nosotros y seguirá estando aunque desde otro lugar, porque ahora su familia, es mi familia aquí en Durazno.A Lucía, la compañera de Bernardo, mi ahijado, que al igual que yo, a sus 22 años ya era un paramédico, que le alegró la vida a mi madre con sus tres soles: Rocío, Angelita y "la Pelito" (Jasmín) como le decía mamá a la pequeñaja. A mi viejo amigo Miguel quien desde su puesto en la Fundación FRIDLA, me proporcionó todo lo que, primero mi padre y luego mi madre, necesitaron para tener una mejor calidad de vida. A la gente de CAMID, a todos, a la Dra. Mara Corbo, por su sensata intervención en el momento preciso. A la Dra. Laura Bonfrisco, por llenarnos de alegría en cada visita. A la Lic. Vanessa Alonso por estar al pendiente, a las auxiliares y los auxiliares que venían y ya eran de la casa. A los funcionarios de oxigenoterapia, a Julio y Marquitos, los más viejos y a los nuevos. A los técnicos Cristina y Javier. A mis médicos, que además de ayudarme con mi enfermedad, me ayudaban a sacar fuerzas para sostener a mi mamá: Dr. Jorge Romero, Dra. María José López, Ps. Gustavo Esteves, todos los fisioterapeutas, al "Señor de las Agujas", Dr. Claudio Piquinela, mi amigo y médico acupunturista. Mi hermana vuelve a su vida a Montevideo. Dios me dio una misión aquí: cuidar de mis padres en los últimos años de su vida. Mi enfermedad tenía ese fin: que yo volviera a mis raíces. Hoy me siento muy triste, pero fuerte, entera: cumplí con mi deber, aunque la enfermedad y vejez de mis padres exacerbaran sus fuertes caracteras y mi propia enfermedad sacara lo peor de mí. Durante 4 años, mi vida personal estuvo entre paréntesis. Después de las 9 de la noche, en que ya no había quien se quedara con mamá (Leo, Lucía, mi hermana, o Bernardo) yo dejaba de tener vida propia. NUNCA, JAMÁS, dejé sola a mi madre ni diez minutos para ir a buscar una Coca Cola. Dios lee mi corazón, conoció mi dolor, mi sufrimiento, mi impotencia, mis malos actos, mis frutraciones... Me perdonó mis errores no solo porque se lo pedí, sino porque me lo demostró cumpliendo mi súplica de una muerte rápida y sin sufrimiento para mi madre. Mis padres, ya reunidos con Dios, me dejaron grandes cosas: VALORES MORALES, RAÍCES, ESTUDIOS, DESEOS DE SUPERACIÓN PERMANENTES Y DOS VALORES FUNDAMENTALES: ALTRUISMO Y SOLIDARIDAD. Gracias también al Padre Fabián, al Padre Sahid, a las Hermanas, a Rosa, la encargada de la Rectoría Parroquial. A todos los que, de uno u otro modo, estuvieron con nosotros. Ahora, a retomar las riendas de mi vida: trabajo, estudio (mi ballet no lo dejo ni loca y debo preparar mis clases), desafíos: proyectos varios ya en marcha y mi misión como catequista y organizar mi Ítaca en Durazno, donde Dios disponga. Dios no me dio hijos pero me dio alumnos: es hora de remangarse y empezar a trabajar y a vivir un ciclo nuevo de vida. Gracias a los amigos de aquí que me dejaron saludos y privados. Gracias por estar, por los llamados, los sms. He empezado a trazar un nuevo círculo para mi vida. Dios sabe qué me espera. Y a algunas cosas, como la vuelta a la docencia, la espero con impaciencia. Para quienes fuman, sirva el ejemplo de la historia de mi familia para que dejen el vicio, tal como lo dejé yo una vez. Me retiro a descansar, que todavía hay muchos trámites que hacer y estamos con la casa en plena refacción. Hasta mañana, Dios los bendiga.

monikkula  Miércoles, 7 Marzo 2012 03:23 

El consejo del Premio Nobel



Hace mucho que no escribo. La vida me ha llevado por uno de sus lados oscuros y no he sentido deseos de escribir. Tampoco he tenido tiempo. Quien haya seguido esta bitácora, recordará que me vi obligada a abandonar "al amor de mi vida": la docencia. Pero como hay que vivir, comencé en su momento, el largo peregrinaje en la búsqueda de un nuevo empleo. Incluso me mudé a casa de mi madre, ya que la muerte de mi padre la dejó muy afectada y su salud, bastante precaria, se vino a pique. Créase o no, luego de buscar, preguntar, inventar, suplicar un empleo, aún sigo con las manos vacías. La pequeña renta por mi piso en la capital es todo lo que tengo. Materialmente hablando. Porque si alguna vez tuve zonas grises, melancólicas o tristes, hoy me las veo cara a cara con un mal terrible: la depresión. No estoy peor, según mis "psi" (quiatra y cólogo :P) porque soy una persona muy fuerte y tengo muchas reservas emocionales. Pero estoy entrando en la cuenta regresiva y tengo miedo.
Unos amigos selectos (lo que equivale a pocos pero buenos) me ayudan, cada uno a su modo. Algunos sin saber que lo hacen.
Recibí hace un par de días un correo con una pps sobre José Saramago, el Premio Nobel de Literatura. Sus citas eran interesantísimas y daban para pensar. Pero una de las más breves, me abofeteó en pleno rostro. Era esta: "No busques trabajo. Escribe."
Me quedé como encandilada por una potente luz que si bien alumbraba, no me dejaba ver con claridad. Y luego pensé: ¿Será que Dios se vale de Saramago y me está mandando un mensaje claro y directo? Buena pregunta. Quien haya leído algo de aquí, sabrá que la poesía es mi modo de comunicarme con el mundo y por eso la escribo. Pero un día, no hace mucho tiempo, decidí desafiarme y poner en el papel una idea que tenía un título muy vendedor... Y -creo- me metí en camisa de once varas y arranqué con una novela. Solo dos personas calificadas han visto parte de lo escrito. ¡Y les ha encantado! Entonces me pregunto: ¿no será que mi empleo es escribir?
Se aceptan sugerencias...

ΘΑΝΑΤΟΣ

 
Así llaman los griegos a la muerte. Pues si he estado ausente, es porque no hace mucho, la muerte visitó mi casa. Se llevó a uno de sus pilares fundamentales y fundacionales: mi padre.
Era viejito ya, pero se aferraba a la vida y a veces se sumía en profundas depresiones al sentirse inútil y dependiente de un andador para caminar y necesitaba ayuda para bañarse.
El 2 de enero hizo una fiebre rara e insistí en llamar al médico. Mi madre y mi hermana no me hicieron caso. El 4 se repitió y me costó una trifulca llamar al médico. Lo ingresaron. Había hecho un infarto cerebral. Nada muy severo a su edad, pero lo dejó afásico. Y quitarle a mi padre el habla, era matarlo. Y así fue... quedó con internación domiciliaria y se fue apagando como una velita. El 27 de febrero, 23:30 de la noche, supe que se moría. Hizo tres gestos con la cara, empujando las mandíbulas hacia adelante y se fue. Le di masaje cardíaco, sin éxito. Llamamos la emergencia y mientras esperaba afuera, mi madre, enfermera profesional, pero enferma ella también, le hizo respiración artificial.
Cuando llegó el médico, ya había muerto. Trataron de reanimarlo pero no tuvieron éxito y tampoco hubiera tenido sentido. Diez minutos de muerto, era convertir a un hombre desvalido en una planta.
Con mucha ternura lo miré por última vez, acaricié su frente, lo besé y cerré sus ojos.
Luego, acompañada por mi mejor amiga, que vino enseguida, fui a hacer los trámites necesarios.
Y al otro día, su velatorio y su sepelio.
Faltó muchísima gente, era fin de semana largo y casi nadie se enteró. Pero los básicos, estuvieron.
Especialmente mi puntal, mi sostén, ese ser que Dios me dio y que creí perdido pero que en su generosidad y amor infinito, el Señor me regresó. No se apartó de mi lado, me sostuvo, tomó mi mano, me abrazó, pero hubo de irse antes del sepelio. Lo importante es que no me falló. No me había fallado antes, cuando le dije que mi padre agonizaba. Se portó como lo que es: un caballero.
Lo echo de menos a mi papá. A pesar de nuestras diferencias, me hace mucha falta. No podía, por su edad, hacer mucho por mí. Ni siquiera comprender muchas de mis penas porque tenía edad para ser mi abuelo, no mi padre. Pero así y todo, yo sabía que estaba allí. A pesar de las discusiones, de los rezongos que me veía obligada a darle, sabía que estaba ahí. Cuando cayó enfermo, le cumplí la promesa que le hice de niña:
"- ¿Quién me va a cuidar cuando sea viejito?"
- Yo, papá.
Y así fue. Mi mano le dio de comer, lo bañó, lo limpió, cambió sus pañales, le dio sus remedios, lo acarició, le hizo cosquillas, inventó un juego de esgrima con los dedos para hacerlo reír...
Te extraño, papá. A casi dos meses de tu muerte, te extraño mucho.
Y necesito oír tus palabras tratando de ayudarme a resolver cosas que no estaban a tu alcance, pero que igual me hacía bien oír.
Cuido mucho de mamita. Sabés que no está bien y que se fatiga mucho. Me hace rezongar, la muy bandida y tengo miedo que te extrañe tanto, que decida irse contigo...
Por eso le pido a Dios que no me suelte de la mano, justo ahora que todo está tan complicado para nosotros. Tu partida nos tomó de sorpresa y eso trajo aparejados problemas que se arreglarán, pero mientras tanto, es duro, muy duro...
Mariela va todos los domingos a tu tumba. Yo prefiero recordarte vivo, pasándome la mano por la cabeza. Lo que ya te dije o lo que callé, es inútil plantearlo ante una tumba. Ni perdón ni te quiero son palabras para decir ante una lápida.
Rezo por ti cada noche. Le pido a Dios que te permita cuidarnos y protegernos junto con Él. Y también le pido que me deje un tiempo más a mamita... El que sea, el que disponga, pero el suficiente para que me vea con mis sueños básicos cumplidos, para que cuando le toque partir, lo haga en paz.
Visitame en sueños, te echo mucho de menos. Te quiero.
monikkula  Domingo, 18 Abril 2010 06:25

CINCO MESES DESPUÉS...


Hace cinco meses que no escribo. La última vez que escribí me recuperaba de una apendicitis aguda. Ha pasado mucha agua debajo del puente en este tiempo. Entre la desesperación del desocupado que se mata buscando un lugar en el mundo laboral, entre vivir ahora en una ciudad pequeña donde todos saben de todo y si no saben inventan, entre tener la cabeza llena de proyectos que no salen porque nadie los apoya o te dicen, como el tango: "mañana, después...". Y yo, podría decir, como el tango: "¿Después, a mí, me dicen como a un extraño?" Pero no importa. A pesar de todo, la esencia de la persona se mantiene y yo soy una guerrera y no lo puedo evitar. Así que me levanté, lustré mis armas, mi escudo, mi lanza; me puse "el tremolante casco" como el de Héctor, mi héroe homérico, y armada de proyectos salí a buscar qué hacer con mi vida. Golpeé muchas puertas que se abrieron, se deshicieron en elogios y aprovecharon mis ideas y saludaron con sombrero ajeno, sin siquiera invitarme a ver cómo había salido lo que yo ideé. Me recibieron aparentemente bien, pero luego noté cierto fariseísmo y decidí hacerme la tonta y no darme por aludida. Pero... En un lugar donde golpeé y me abrieron, donde no me conocían por no ser de la ciudad ni del departamento, recibí una calurosa bienvenida y mi proyecto presentado hoy es una realidad. El 31 de agosto, justo al terminar el mes, termina una etapa de mi vida y comienza otra. Ahora verán quién soy yo... Porque se han quedado con una idea vieja, no saben de mis estudios la mitad, ni de mis trabajos, y me siguen creyendo "una chiquita" como me dijo alguien que cree desmerecerme con ese comentario, solo porque es una señora mayor. Lo que tiene, en realidad, es MIEDO. Miedo a mi solvencia académica, a mi valor como docente y como persona. Entonces empecé a notar que no me invitaban allá, que no me respondían los sms, que no contestaban correos... Pero no importa: el primer objetivo está logrado. Mi curso de Literatura Comparada será un éxito, así concurran cuatro. Será un éxito porque yo lo decreté, porque no pasé mi vida estudiando y dando clases para que me descalifique sutilmente quien nunca supo cómo y cuánto trabajaba yo. A pesar de todo... ESTOY CONTENTA. Porque trabajaré nuevamente, algo vital para mí, y no solo por un tema de dinero, sino porque no sé estar sin hacer nada. Y estoy contenta porque la vida me devuelve lo que siempre fue mío. Dios se apiadó al fin de mí. Y la Virgen de Guadalupe también. Y la guerrera está nuevamente en pie, mirando el futuro con optimismo y dejando atrás a los fariseos... Que Dios los ayude y a mí no me desampare. He vuelto a la arena, he vuelto a luchar...

monikkula  Domingo, 23 Agosto 2009 20:03

To Sir with love



¿Quién que tenga más de 40 no recordará la película Al maestro con cariño (To Sir with love) con el increíble Sydney Poiter en el rol del maestro de aquella secundaria inglesa que parecía la casa del terror? Lo bueno de la película, era que el maestro y sus sueños de formar jóvenes buenos ciudadanos y personas, se hacían realidad. No vamos a negar que le costó, le costó y mucho. Pero... "Sir" lidiaba con un solo grupo de jóvenes maleducados, desesperanzados, desconfiados, rebeldes con o sin causa, delincuentes o en vía de serlo...
Nuestra realidad educativa es tan distinta que ni vale la pena comentarla aquí. Solo quiero decir que una vez fui yo la protagonista de esa película. Que alguna vez el final fue feliz y yo sentí la satisfacción enorme del deber cumplido y el afecto recibido.
Hoy todo acabó. Enferma de burn out en forma bastante severa, me despido de la que es mi vocación. Dejo atrás la literatura, el enseñarles a pensar a través de una novela, o de una obra dramática, a ver que el amor es igual en todos los tiempos cuando llega de veras y que no importa si el estilo es barroco o renacentista o vanguardista...
Farewell... La realidad puede más que yo y ahora he de buscar otro camino de qué vivir. Pero la docencia a adolescentes...ya no.
El daño que me ha causado es mayor que las satisfacciones, esas que guardo en mi corazón como un tesoro.
Me hubiera gustado decir al retirarme las palabras de Gorgias:
Por quien me venza con honor en vosotros. Pero los valores de Gorgias y los míos ya hace mucho que no están y los chicos no tienen idea de quién era Rodó, cuanto menos Gorgias, su personaje inolvidable.
Por lo tanto, desplegaré las velas de mi barca y la dejaré que sola, me lleve a una nueva Ítaca. Esta no está pobre, sencillamente, el envilecimiento la ha llevado a la degradación, y va camino a la muerte.
Farewell, Sir.
 

sábado, 23 de junio de 2012

Penélope/Odiseo en Ítaca


Llegar a Ítaca puede tener varias interpretaciones. En mi caso, es llegar a mi casa, a mi hogar. Así bauticé a mi pequeño lugar en el mundo, al que demoré años en llegar, "san ton Odissea" (como Odiseo), según canta Guiorgos Dalaras...
Pero cuando estoy en Ítaca soy una mezcla de Penélope y Odiseo. Cuando me siento a esperar que llegue la hora de ir a tal o cual sitio, mientras en mi tálamo yazgo y tejo y destejo sueños, proyectos, fantasías, soy Penélope. Pero cuando debo resolver pequeños (o grandes) problemas domésticos sola, de manera eficaz, rápida y sobre todo barata, me convierto en Odiseo fecundo en recursos, como lo llamaba Homero...
Quien nunca ha estado solo, quien nunca a vivido solo, suele creer que esa circunstancia tiene un encantador sabor a libertad y aventura.
Pero se olvida de las largas noches silenciosas, que ninguna música o tv pueden ahuyentar porque el silencio es interno. De igual modo desconoce las rutinas autoimpuestas y mecánicas que denotan una soledad que además de estar solo, es un sentirse solo.
La soledad puede ser una bendición cuando es necesaria, para juntar fuerzas para seguir luchando, para descansar y reponernos de enfermedades, para pensar soluciones a problemas, para estudiar, ¡para crear...!
Pero cuando es un estado no deseado, las ventajas desaparecen y mi amada y pequeña Ítaca parece un enorme desierto, donde siempre es de noche, hace frío y no hay voces que aununcien la llegada (¡al fin!) de Odiseo...
Seguiré los consejos de Kirie Kavafi y asumiré que no importa cuánto demore el viaje, siempre se arriba a Ítaca...

 Miércoles, 26 Noviembre 2008 15:46

" Vivez, si m'en croyez, n'attendez à demain : Cueillez dès aujourd'hui les roses de la vie. "



" Vivez, si m'en croyez, n'attendez à demain :
Cueillez dès aujourd'hui les roses de la vie. "

Pierre de Ronsard. Sonnet À Hélène.

"Vive, por tanto vive, no aguardes a mañana,
y corta desde ahora las rosas de la vida."

Pierre de Ronsard. Soneto A Helena.


En estos días, y por distintos motivos, he pensado más de lo habitual en aquella locución latina "Carpe Diem" ("Aprovecha el día"). Si algo hice en mi vida, fue eso. No he dejado de crecer un minuto como persona, aprovechando todo, lo bueno y malo de la vida. Que si los estudios, que si los bailes, que si las fiestas, que si el trabajo... Todo lo he aprovechado, que no me he privado de vivir ni siquiera, experiencias negativas. De ésas que una dice: "Uffffffff esto más que un trabajo parece un karma" (El sustantivo trabajo es pasible de ser sustituido por relación, estudio, etc. ). Sin embargo, he dedicado más tiempo a hacer que muchas personas entiendan el tema, y lo apliquen a sus vidas, que aplicarlo yo a la mía. En breve cumpliré 45 años, y claro, la proximidad de una fecha clave, suele traer este tipo de reflexiones. He mirado mi pasado, y he decidido soltar amarras. Dejar que ese barco se vaya, porque si algo tiene de bueno el pasado, pues es eso: que es PA -SA-DO... Y NO REGRESA.
A menos, claro, que una se empeñe una y otra vez en pagarle un billete de viaje al presente con proyección al futuro. Límites... Es una palabrita fácil de decir pero difícil de aplicar. Casi siempre nos manipulan tildándonos de egoístas. Pensar qué desea hacer una persona con su vida, y que en sus planes no cuenten los de los demás, no es egoísmo, es sencillamente personalidad. Que eso no significa dejar de amar a nadie. Especialmente porque a la primera persona que estamos obligados a amar es a nosotros mismos.
Después de muchos años de sembrar (a veces en buena tierra, a veces en el mar...) veo no muy lejos en tiempo y espacio, que me florece un jardín de rosas. Y como Ronsard era un poeta muy sabio, y yo entiendo algo de francés, le haré caso y cortaré mis "roses de la vie"

 

Asumirse



La verdad primera, está dentro de nosotros. Es el origen, el centro, el inicio y el fin. Alfa y Omega. La peor mentira que podemos decir no es a otra persona, sino a nosotros mismos. Porque engañándonos, engañamos a los demás, y cuando la verdad sale a la luz... es mucho peor que si se hubiera dicho en su momento.
Asumirse - en lo bueno y lo malo -, es la actitud más honorable que podemos tener con nosotros mismos. "Hablar cuesta", dice siempre Carlos, un amigo veterano... Yo solía callarme muchas cosas, sobre todo mis sentimientos, por miedo al rechazo, por vergüenza de asumirme viva y llena de emociones para compartir y para dar.
Hoy eso está superado. Siempre me ha gustado la verdad, aún la que duele, porque así sé a qué atenerme. Pero ¿qué hacer cuando los demás no se asumen y con esa actitud nos dañan? Especialmente si es alguien que nos quiere bien, nos apoya, nos ayuda, comparte nuestros sueños y nuestros miedos...
Triste... dolida, así estoy hoy. Estoy grande para jugar a las escondidas. Yo asumo mis sentimientos y los manifiesto aunque no reciba lo mismo que deseo. Bueno... la hipocresía, especialmente la social, no va conmigo, ya sabe todo el mundo que no soy una farisea...
Recuerdo unos versos de mi poema favorito: Ítaca, del gran Konstantinos Kavafis:

A Lestrigones, Cíclopes,
al fiero Poseidón nunca encontrarás
a menos que en tu alma los lleves dentro,
a menos que tu alma los ponga ante ti.


Lestrigones, Cíclopes y el fiero Poseidón no me asustan... Solo temo a la Gorgona, porque cuando inevitablemente me mire, todo habrá terminado.
Y tú, que lees mis reflexiones... ¿te visitan los Lestrigones, los Cíclopes y el fiero Poseidón a menudo, o viven contigo?
Buen punto...
 

Domingo, 20 Julio 2008 20:03

"Le mal du siècle"


En el siglo XIX, el "mal del siglo" era "l' ennui", el hastío. Hoy, "le mal du siècle" es el estrés. ¿Por qué padecemos estrés las personas? Depende de las situaciones de cada uno. En lo personal, viene de un problema viejo no resuelto: no lograr el salario digno que me permita el derecho humano a darme de comer.
Hace diecinueve años yo iniciaba en mi juventud, una carrera que no estaba bien paga, pero que daba grandes satisfacciones a nivel personal: la docencia. Era joven, llena de ilusiones, de sueños, pero también de miedos que paralizaban muchas veces. Hoy, mi realidad es tan diferente en lo que al aspecto académico respecta... Ya no tengo los miedos de antaño y mi solvencia académica nadie la pone en discusión. Pero, cuando una persona debe enseñar algo a otro, su estudio es doble, porque primero tiene que entender lo que debe aprender, y, una vez aprendido, lograr que sea comprendido y aprendido por sus estudiantes. Cuando la asignatura es de pensar sobre la vida y los grandes temas de todos los tiempos, es trabajoso porque en estos tiempos postmodernos, solo se piensa en una cosa: DINERO.
Es entonces que aparece el estrés por trabajar mucho porque si no tienes el último modelo de coche y tus hijos no tienen el último del play station serán catalogados como sub especies sociales.
En cambio, en otros ámbitos, las personas nos estresamos porque chicos de 14 años nos escupen cuando intentamos dar clase, o nos insultan; porque pasamos frío junto con nuestros alumnos en salones helados, o calor, o nos faltan pizarras sanas, o tizas, o libros, o mapas para dictar la clase.
Una poeta uruguaya, María Eugenia Vaz Ferreira, iniciaba así un soneto: "Yo era la invulnerable..."
Bueno, así me sentía yo. Creía que podía con todas las adversidades y le ponía el pecho a las balas con una energía increíble.
Y hoy... me siento derrotada por el postmodernismo y padezco "le mal du siècle": el estrés.
Aguanté siete años, porque ningún´médico le daba importancia a mis contracturas y solo me indicaban ejercicios y relajantes musculares.
Hoy estoy de baja por estrés, luego de padecerlo sin tratarlo siete años. Y me pregunto ¿cuarenta días de baja serán suficientes para recuperar un daño que lleva siete años en mi cuerpo y mi mente?
Tengo ganas de llorar a gritos. Mi estrés es producto del desperdicio: estoy sobrecapacitada y no logro hallar un empleo que me dé de comer, y si le agregamos la edad, "complicado para Acuario."
Fe, es una palabra que tiene un gran peso. Ahora se me está haciendo liviana porque me he cansado de clamar al Cielo y decir que no soy Job.
Estrés y frustración: anverso y reverso de una misma moneda. Y sobre todo, mucho cansancio, de luchar por salir adelante sin éxito.
Dios me ampare, porque ya no puedo más. Asco da mi vida, y tanto estrés llevo, que hasta vomito del dolor en el cuello.
Dios no me olvide, porque ya no puedo más. La guerrera tiene su lanza quebrada y esta´desarmada ante el enemigo.
Job y yo, a estas alturas de mi vida, ya somos íntimos...

Eνα πόιημα γεμάτο σοφίας (Un poema lleno de sabiduría)


ΙΘΑΚΗ

Σα βγεις στον πηγαιμό για την Ιθάκη,
να εύχεσαι νάναι μακρύς ο δρόμος,
γεμάτος περιπέτειες, γεμάτος γνώσεις.
Τους Λαιστρυγόνας και τους Κύκλωπας,
τον θυμωμένο Ποσειδώνα μη φοβάσαι,
τέτοια στον δρόμο σου ποτέ σου δεν θα βρείς,
αν μέν' η σκέψις σου υψηλή, αν εκλεκτή
συγκίνησις το πνεύμα και το σώμα σου αγγίζει.
Τους Λαιστρυγόνας και τους Κύκλωπας,
τον άγριο Ποσειδώνα δεν θα συναντήσεις,
αν δεν τους κουβανείς μες στην ψυχή σου,
αν η ψυχή σου δεν τους στήνει εμπρός σου.
Να εύχεσαι νάναι μακρύς ο δρόμος.
Πολλά τα καλοκαιρινά πρωϊά να είναι
που με τι ευχαρίστησι, με τι χαρά
θα μπαίνεις σε λιμένας πρωτοειδωμένους•
να σταματήσεις σ' εμπορεία Φοινικικά,
και τες καλές πραγμάτειες ν' αποκτήσεις,
σεντέφια και κοράλλια, κεχριμπάρια κ' έβενους,
και ηδονικά μυρωδικά κάθε λογής,
όσο μπορείς πιο άφθονα ηδονικά μυρωδικά•
σε πόλεις Αιγυπτιακές πολλές να πας,
να μάθεις και να μάθεις απ' τους σπουδασμένους.
Πάντα στον νου σου νάχεις την Ιθάκη.
Το φθάσιμον εκεί είν' ο προορισμός σου.
Αλλά μη βιάζεις το ταξίδι διόλου.
Καλλίτερα χρόνια πολλά να διαρκέσει•
και γέρος πια ν' αράξεις στο νησί,
πλούσιος με όσα κέρδισες στον δρόμο,
μη προσδοκώντας πλούτη να σε δώσει η Ιθάκη.
Η Ιθάκη σ' έδωσε το ωραίο ταξίδι.
Χωρίς αυτήν δεν θάβγαινες στον δρόμο.
Αλλο δεν έχει να σε δώσει πια.
Κι αν πτωχική την βρεις, η Ιθάκη δεν σε γέλασε.
Ετσι σοφός που έγινες, με τόση πείρα,
ήδη θα το κατάλαβες η Ιθάκες τι σημαίνουν.

Κωνσταντίνος Καβάφης

Eνα πόιημα γεμάτο σοφίας
Ποτέ είδα τόση αλήθια.
Mπράβο σας, Kήριε Καβάφη
.

El héroe trágico


Otra vez voy literaria. Es mi sino.
La soberbia era considerada por los antiguos griegos como el pecado más grave que podían cometer los humanos porque se elevaban a la categoría de dioses. La llamaban HYBRIS. Exceso, desmesura.
El héroe trágico tiene dos características: su hybris y su ceguera. Por más que el coro u otro personaje intente razonar con él, está ciego y no solo no ve, sino que no quiere ver la realidad.
Pero el destino del héroe trágico siempre se cumple. Y cae inevitablemente. Generalmente su castigo es la muerte, pero en algunos casos morir aliviaría su dolor. Así que vive...
Pero en la más completa soledad.

Hay mucha Hybris por el mundo... Demasiada. Até - la Fatalidad - colabora y las personas se ciegan y no ven lo evidente.
Siento la "synpatheia" por esas personas, la "mimesis" opera y hago la "katarsis" y me purifico. Líbreme Dios de que suelte yo la fiera que llevo dentro. La conozco, la he visto cara a cara, es como Dante la describe: es el león de la soberbia. Pero la he dominado, la he encerrado bajo siete llaves y aunque he tenido ocasión, deseo y motivo de liberarla, no lo hice.
Ahí radica mi mérito. En reconocer mi pecado y en dominarlo. No en no tenerlo. Ser bueno sin ocasión de dejar de serlo, es sencillo. Lo difícil es sobrevivir a la tentación...
En eso estamos. Soy una guerrera.

LOS FARISEOS

Los fariseos, aquellos contemporáneos de Jesús que daban más importancia a la letra de la ley que a su espíritu, hay generado un sustantivo que ha sido sinónimo de HIPOCRESÍA. Ese sustantivo es FARISEÍSMO.
He reflexionado muchas veces sobre la hipocresía en estas páginas. Y es que yo no puedo serlo. No puedo hacer que no hice nada (bueno o malo), no puedo decir palabras de amor a un hombre que no amo, no puedo decir "encantada de conocerlo" cuando no lo estoy, ni abrazar a alguien y decirle: ¡POR FIN!, cuando no me interesa en lo más mínimo su compañía.
Eso me ha valido el epíteto de pedante, entre algunos otros bastante más gruesos que, quienes los dicen, ven la paja en el ojo ajeno pero no la viga en el propio.
Cruzar la línea entre el bien y el mal para saber una verdad tan sospechada como necesaria es algo muy difícil. Y qué terrible es descubrir que estábamos en lo cierto. Pero decirlo abiertamente, honestamente, es, al menos, un acto responsable, un acto de conciencia. No se trata de justificarse, se trata de pararse ante uno mismo y decir: hice mal, lo sé, lo reconozco. MEA CULPA.
Y es ahí donde salen los fariseos modernos a enrostrar tu fallo como si no hubieran comentido ninguno en sus vidas .O peor: como si no estuvieran en ese mismo instante haciéndolo. La turba grita ante Pilatos y ya sabemos cómo acaba la historia...
¿Con qué derecho algunas personas te enrostran tus malos actos cuando, en el momento de hacerlo, están ellas mismas, de algún modo, haciendo lo que una? Hay que ser... (llene los puntos como quiera) mismo.
"Hombre soy, nada de lo humano me es ajeno", para el bien o para el mal. No soy perfecta, caigo y me levanto. Pero al menos, NO SOY FARISEA, gente de la cual nuestra sociedad moderna está llena.
Y duermo muy tranquila.
No serán esas voces las que me detengan en mi camino. A su pesar, seguire´siendo lo que siempre he sido: honesta. Aunque los fariseos digan lo contrario. Si tienen algo de qué morder, es gracias a mi transparencia....

EL SONIDO Y LA FURIA

EL SONIDO Y LA FURIA

Creo que no hallaría otro título más adecuado que este para mi post de hoy. No es mío, claro. Es de Wiliam Faulker, el gran narrador norteamericano.
Sonido y furia son las tónicas de estas imágenes protagonizadas por adolescentes de países cercanos, que conozco, con los que tengo vínculos...
Y no puedo evitar pensar que si bien (hasta donde sé) no circulan en la red imágenes de los de mi país en semejantes desmanes, no significa que no ocurran.
Ya ocurrieron hechos como este aquí. Unos adolescentes que no pasaban los quince años destruyeron su Liceo a pedradas. No quedó un vidrio sano. Y he visto pelearse a jovencitas así, de ese modo, en la calle, en las cercanías del liceo.
Soy docente. Es mi pasíón, pero en un ambiente como ese, no se puede trabajar y ser eficaz en el trabajo. Ya fui insultada por un alumno delante de una funcionaria. Tenía quince años y se enojó conmigo porque le diije que se callara y se pusiera a leer un libro, que sus compañeros estaban trabajando en su prueba especial.
¿QUÉ LE PASA AL MUNDO?
¿Dónde están los padres de esos jóvenes, que así se tratan? ¿Por qué les permiten en sus casas tratarse así entre ellos, con esa grosería que luego deriva en violencia?
Veo cosas como estas a diario, aunque por ahora sin tanta virulencia, y me sublevan. Me sublevan porque a la TV se la deja entrar en la casa, no es obligatorio mirar TV todo el día ni programas iadecuados.
De igual modo la falta de respeto que tienen los jóvenes hoy a sus padres... Eso ocurre porque permiten decirles cualquier cosa. Si a la primera grosería se les pusiera el correctivo adecuado a su edad y formación, esto se reduciría....
Pero como dije una vez, comentando el caso del alumno que me insultó: Me siento como Al Capone, mientras ellos, son los Intocables...
Tiemblo pensando el futuro que nos espera....

En Argentina
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En Chile
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FRASES ROBADAS



Sí, tengo esa costumbre de tomar cosas ajenas, pero... siempre citando la fuente. Esta vez, es del blog de mi amiga Patricia. Le he robado unas frases que tienen que ver de un modo u otro conmigo.
Las dejo aquí, con algún comentario. Estoy algo haragana para pensar mucho. "Lo bueno, si breve, dos veces bueno", decía Baltasar Gracián.
Yo soy breve: mido 1.52, y soy buena gente... ¿seré dos veces buena? (jajajajaja) Que lo digan quienes me conocen. Yo me doy por buena una sola vez ;)

Ten muy presente siempre que lo que tú piensas pertenece a todos; tuyo es, tan sólo, aquello que sientes"
Schiller


Es cierto: mis sentimientos son solo míos. A menos, claro, que se los demuestre o manifieste a otro. Pseudofreudianos, abstenerse, por favor.

"¿Qué puede la verdad, desnuda y fria, contra las brillantes apariencias de la mentira?"
Anatole France


Ah, la verdad... A los demás no sé qué puede hacerles, a mí, muy feliz, aunque esa verdad no me guste. Si algo aborrezco en este mundo es la hipocresía.

"El hombre, para tropezar, sólo necesita sus pies, pues la miserable piedra de tropiezo la lleva en sí mismo"
Heinrich von Kleist


Uffffffff Espero no tropezar una tercera vez con la misma piedra.

"Sonríe, es la segunda mejor cosa que puedes hacer con tu boca"

Claro, siempre lo hago, a pesar del dolor...


"El pasado ya no es y el futuro no es todavía."
San Agustín de Hipona


Dejar atrás lo que nos limita es duro, especialmente si no se tiene claro qué se desea para el futuro. Pero si se tiene claro... ¡ADELANTE!


"Es inútil volver sobre lo que ha sido y ya no es."
Chopin


Completamente de acuerdo, M. Chopin.

"Las locuras que más se lamentan en la vida de un hombre son las que no se cometieron cuando se tuvo la oportunidad."
Helen Rowlan


"La llamaban loca" es una frase de una canción que podrían aplicarme con toda razón. Uno de mis versos favoritos es: "No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió". Así que... ¡tiembla, vida, allá voy!


"Santino, ¿Qué te sucede, eh? Nunca digas lo que realmente piensas delante de gente que no conoces."
El padrino


MMMMMMM È vero, padrone, è vero. Ma... cosa può dire? Sono cosí...


"Dos cosas llenan el animo de admiración y respeto, siempre nuevos y crecientes, cuanto con mas frecuencia y aplicación se ocupa de ellas la reflexión: el cielo estrellado sobre mi cabeza y la ley moral en mi corazón".

Kant

Ah, qué maravilla es vivir en el sur. La Cruz del Sur es de los más grandes espectáculos nocturnos que se pueden disfrutar. Y en cuanto a ley moral de mi corazón... pues la transparencia. Duermo tan tranquila...

"La gota horada la piedra, no por su fuerza, sinó por su constancia"

Ovidio


¡Ésa soy yo, ésa soy yo!

"NADIE ME DIJO NADA"


"NADIE ME DIJO NADA"


Como es habitual en mí, robo un título ajeno para usarlo aquí porque me resulta expresivo, tal vez más de lo que yo pudiera crear. Eso sí, siempre cito la fuente. Esta vez, le robo a Jaime Roos, mi compatriota y cantante favorito, el título de una hermosa canción.
¿Por qué las personas se aferran a veces, empecinadamente al silencio, sometiendo sus sentimientos y emociones a una tortura, que termina por lastimar más, que si hablaran alto y claro?
No logro comprender esa actitud. Convengamos que - como dice mi amigo Carlos - "hablar cuesta". Pero hay cosas en la vida que dañan más si se callan que si se dicen. Tanto a quien las siente como a quien las recibe. No somos dueños de los sentimientos: ni de los propios ni de los ajenos. Es inevitable que sintamos algunas cosas...
En mi perfil dice que una de mis pasiones es la honestidad. Que es mi mejor tarjeta de presentación.
Ayer tuve un acto honesto con alguien además de mí. Siempre fui de la idea que en el acierto o en el error, ser honesto con uno mismo es un deber ineludible que tenemos los seres humanos. Ayer, rompí un dique de silencio de tres años casi y - como es primavera - , hice como dice la canción:
"Hay que sacarlo todo afuera
como la primavera,
si no quieres que adentro
algo se muera."
Yo ya sabía lo que me esperaba ante ese despliegue de emociones.
Y recibirlo, lejos de lo que creía, no me dañó. Al contrario, me siento liberada. He hecho la Katarsis y ya no soy la misma. Soy un poquito más yo, más auténtica, más fuerte, y, sobre todo, más valiente.
Me asombro de mí misma... Casi tres años con esa cosa acá... (imagine el lector que me agarro la garganta con la mano derecha y me la estrujo), atravesada, harta de los circunloquios y las metáforas y los eufemismos y los gritos del silencio y los secretos a voces...
El saldo es positvo: lo más valioso permanece intacto, el nudo en mi garganta desapareció, no me siento mal por haber dicho lo que tenía que decir, y sé, que a pesar de un obstinado silencio... mi segundo nombre - Beatriz, - la que hace feliz - cumpló su cometido.
No quedaron rastros visibles de ese momento: no se puede probar. Eso podría significar que no existió el hecho. Pero los corazones son un archivo más grande e intenso que el de la Sureté o el FBI...
Como canta Edith Piaf, mi amado Gorrión de París...

"No, rien de rien, no je ne regrette rien..."

PUNTO DE SATURACIÓN


¿Qué pasa cuando una persona llega a un punto en que no puede más con su realidad? ¿Qué ocurre cuando se agota de luchar por cambiar su vida y sigue parada en el mismo sitio? ¿Qué le pasa cuando mira hacia atrás y ve que a nivel laboral antes, con menos experiencia y conocimiento rendía mucho más que ahora?
"Esto en los 90 no me pasaba" me comentaba una colega con la que me conozco hace 24 años. Esa misma frase se la había dicho yo la noche anterior a una amiga.
He llegado a mi punto de saturación. Entrar a un salón de clases y hallar adolescentes tirados más que sentados en los bancos, con cara de aburrimiento, de "spleen", de "ennui", más que otra cosa, es desalentador. Y cuando pongo la clase en marcha y comienzo a preguntar:
- Fulanito, ¿leíste lo que pedí para hoy?
- No.
- ¿Por qué no?
- Porque no tengo el libro.
- ¿Fuiste a la biblioteca a buscarlo o a leerlo?
- No.
Ahí, ya es frustrante. ¿Cómo se puede ser buen docente, explicar una buena clase cuando no se cuenta con el mínimo apoyo de quien debe ser nuestro compañero de tareas?
Miro para atrás, y me veo: llena de energía, siepre dispuesta a enriquecerme y a enriquecer a otros, llegando media hora antes a mis clases, con mi libro del profesor al día, los trabajos de mis alumnos corregidos de una clase para la siguiente, con mis clases perfectamente preparadas y, naturalmente, con una asistencia perfecta.
Hoy, de aquella joven llena de sueños, solo queda la que prepara sus clases (ahora, medianamente, porque el nivel es tan bajo que ni es necesario repasar o enriquecer un tema) y la que asiste todos los días sin faltar uno. Salvo por enfermedad, claro. Pero la actitud, cambió. Los planes que yo tenía para este año para mis alumnos, se han diluido en los tres primeros meses del año lectivo. El desinterés, la apatía, el "me importa un pito tu clase, hablar bien, escribir mejor..." hacen que salga al trabajo en el último minuto, que vaya arrastrando los pies en vez de ir a dar lo mejor de mí, que me enferme más que antes (no han sido muchas veces ,pero sí gripes más largas), que descuide el trabajo administrativo y sobre todo, que no me reconozca al dar clases. .
¿Dónde está la profesora que soñé ser, la que fui? No lo sé. Se la llevó el postmodernismo.
Por favor, si alguien encuentra mi vida... ¡¡DEVUÉLVAMELA!!
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martes, 12 de junio de 2012

Viejas canciones vigentes II




Como la cigarra
María Elena Walsh
(argentina)


Tantas veces me mataron,
tantas veces me morí,
sin embargo estoy aqui
resucitando.
Gracias doy a la desgracia
y a la mano con puñal
porque me mató tan mal,
y seguí cantando.


Cantando al sol como la cigarra
después de un año bajo la tierra,
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra.

Tantas veces me borraron,
tantas desaparecí,
a mi propio entierro fui
sola y llorando.
Hice un nudo en el pañuelo
pero me olvidé después
que no era la única vez,
y volví cantando.


Tantas veces te mataron,
tantas resucitarás,
tantas noches pasarás
desesperando.
A la hora del naufragio
y la de la oscuridad
alguien te rescatará
para ir cantando.


Esta canción estaba de moda en los 80, cuando mi país estaba todavía bajo tiempos de oscurantismo político. Sin decir nada específico, decía mucho. Si bien es del año 72, en aquellos días tenía una vigencia increíble. No ha cambiado, sigue vigente, solo que tal vez cambió de área...

Viejas canciones vigentes





Échame A Mi La Culpa -

Sabes mejor que nadie que me fallaste,
Que lo que prometiste se te olvidó,
Sabes a ciencia cierta que me engañaste,
Aunque nadie te amará igual que yo.

Lleno estoy de razones pa' despreciarte,
Y sin embargo quiero que seas feliz,
Que allá en el otro mundo en vez de infierno,
Encuentres gloria,
Y que una nube de tu memoria me borre a mí.


Dile al que pregunte que no te quise,
Dile que te engañaba que fui lo peor.

Échame a mi la culpa de lo que pase,
Cúbrete tu la espalda con mi dolor.

Que allá en el otro mundo en vez de infierno,
Encuentres gloria,
Y que una nube de tu memoria me borre a mí.


Dile al que pregunte que no te quise,
Dile que te engañaba que fui lo peor.

Échame a mi la culpa de lo que pase,
Cúbrete tu la espalda con mi dolor.

Que allá en el otro mundo en vez de infierno,
Encuentres gloria,
Y que una nube de tu memoria me borre a mí.

Y que allá en el otro mundo en vez de infierno,
Encuentres gloria,
Y que una nube de tu memoria me borre a mí


Esta canción estaba de moda cuando yo era adolescente. Ahora la canta Luis Miguel. Como "el mundo da muchas vueltas... ¡quién sabe!" tal vez alguien la lea y sepa de lo que hablo.

ENSEÑANZA/APRENDIZAJE


Mis padres todavía viven, aunque ya bastante mayores. Si bien hemos tenido los clásicos enfrentamientos entre padres e hijos que son normales y hasta sanos en toda familia, hay algo que me enseñaron de lo cual jamás renegaré.
Mis padres me enseñaron a ser buena persona Y yo me siento orgullosa de tal lección enseñada y aprendida. Porque tengo miles de defectos, pero si de algo puedo jactarme, es de ser buena persona.
Voy por la vida con la verdad en mis manos, en mi lengua, en mis ojos. Yo no sé mentir, ni fingir, ni engañar. Tampoco sé utilizar a las personas ni sacar provecho mal habido de ellas. En todo caso, si he recibido ayuda, es justamente por ser buena persona. Eso significa que en el 99% de las veces, estoy recogiendo lo sembrado.
Sin embargo, lamentablemente, ser buena persona cotiza a la baja en la bolsa de los valores en este mundo post moderno. Y en los últimos dos años he recibido más abusos de poder, más engaños y traiciones que en décadas.
Tal vez mi esquema mental sea demasiado simple: espero de los demás lo que doy. No ya lo que estoy dispuesta a dar, sino LO QUE DOY.
Jamás mi mano o mi lengua o mi inteligencia se puso del lado de la venganza. Jamás deseé mal a nadie aún estando muy herida porque siempre he creído que Dios sabe por qué hace determinadas cosas.
Pero todo tiene un límite. Y yo también. He soportado sin quebrarme muchas crisis en mi vida. Me gusta llamarme a mí misma una guerrera y siento que me representa en el tarot la carta de la Fuerza.
Hoy estoy quebrada. Muy quebrada, tanto que hasta mi físico se ha resentido. Yo, que jamás en 18 años de docencia había pedido licencia médica, el año pasado hube de hacerlo. Estrés... No por perseguir dinero para llenar mis vacíos existenciales con objetos materiales. No, no. Estrés por trabajar como burra para lograr al fin mi independencia económica, por estudiar más todavía para ejercer mejor mi carrera docente, por ser el apoyo incondicional de alguien a quien amaba y de quien esperaba solamente una verdad que no dijo.
No me arrepiento de haber dado siempre lo mejor de mí. Pero el dolor, la impotencia, la angustia, la soledad, la humillación, tienen que tener un límite. Tiene que venir de algún lado el límite, porque hay variables que no manejo y yo no puedo ya más con todo esto.
Gracias doy a mis padres por haberme enseñado a ser lo que soy: UNA BUENA PERSONA.
Aunque el sistema, el postmodernismo y los hipócritas me hayan quebrado, tengo algo que no me podrán quitar: DIGNIDAD.
  Jueves, 26 Abril 2007 01:26 

Uno

 
Uno
Tango
1943
Música Mariano Mores
Letra: Enrique Santos Discépolo
(argentinos)


Uno busca lleno de esperanzas
el camino que los sueños
prometieron a sus ansias.
Sabe que la lucha es cruel
y es mucha pero lucha y se desangra
por la fe que lo empecina...
Uno va arrastrándose entre espinas
y en su afán de dar su amor,
sufre y se destroza hasta entender
que uno se ha quedao sin corazón...
Precio de castigo que uno entrega
por un beso que no llega
a un amor que lo engañó...
¡Vacío ya de amar y de llorar
tanta traición!

Si yo tuviera el corazón...
(El corazón que di...)
Si yo pudiera como ayer
querer sin presentir...
Es posible que a tus ojos
que me gritan tu cariño
los cerrara con mis besos...
Sin pensar que eran como esos
otros ojos, los perversos,
los que hundieron mi vivir.
Si yo tuviera el corazón...
(El mismo que perdí...)
Si olvidara a la que ayer
lo destrozó y... pudiera amarte..
me abrazaría a tu ilusión
para llorar tu amor...

Pero, Dios te trajo a mi destino
sin pensar que ya es muy tarde
y no sabré cómo quererte...
Déjame que llore
como aquel sufre en vida
la tortura de llorar su propia muerte...
Pura como sos, habrías salvado
mi esperanza con tu amor...
Uno está tan solo en su dolor...
Uno está tan ciego en su penar....
Pero un frío cruel
que es peor que el odio
-punto muerto de las almas,
tumba horrenda de mi amor-
maldijo para siempre y me robó...
toda ilusión...


.
"Autenticidad... qué bien suena eso."

Cada mañana al verte en el espejo tendrás que enfrentarte a tus "ausencias y carencias".
Yo, a mi autenticidad.
  Martes, 24 Abril 2007 18:17

Primera cosecha



"Los hijos que de mi cuerpo faltaron
me han ido apareciendo por ahi,
no tienen mi sonrisa ni heredaron mi nariz
pero siempre tendrán algo de mí.
"
Marilina Ross (argentina)

Mi política para ir por la vida es sembrar siempre. Por eso mi blog se llama así: YO SIEMPRE SIEMBRO.
Algún día la semilla sembrada caería en buena tierra y daría fruto. Y ocurrió. Sí señor, ocurrió. "Mis hijitos" como les llamo yo, o "los hijos de tu pecho" como los llama mi adorable y poeta amigo andaluz, andan por el mundo dando qué hablar. Uno de mis "hijitos" sacó mención de honor en un concurso fuera de mi país.
Me siento rara. Sinceramente, no logro asimilar bien que mis versos siguen el camino que trazara Manuel Machado a los suyos en este poema:

Procura que tus cantos
vayan al pueblo a parar,
aunque dejen de ser tuyos
para ser de los demás


Pero bueno: cinco de mis hijitos verán la luz en tierra extraña, como sus dos hermanos mayores. Los mayores vieron la luz en España, estos la verán en Argentina. Todos se gestan en Uruguay, pero van a nacer en el exilio... Da igual dónde nazcan, lo importante es que hacen feliz a su madre.
Todavía no lo puedo creer, pero es verdad...
Y, naturalmente, sigo en la política de vivir que me he trazado...
Gracias a Dios.
 
  Domingo, 22 Abril 2007 14:55

La sombra de un ser puro jamás se ensucia al transitar por el barro




En el apartado "Acerca de mí" digo que la transparencia es mi mejor tarjeta de presentación. Lamentablemente en el mundo hay personas que hacen de lo turbio y oscuro su modo de vivir. Si solo lo hicieran con sus vidas y asumieran "costos y beneficios" como me decía alguien de "cuyo nombre no quiero acordarme" al decir de Cervantes...
Pero no. Resulta que solo quieren sacar beneficios y no asumir los costos, entonces prefieren arrojar sombras y barro sobre los demás y de ese modo, quedar libres de culpa y cargo.
Sin embargo, para quienes como yo, somos creyentes, la Justicia Divina se encarga de poner en su sitio las cosas y a las personas.
No me ha ensuciado el barro con el que han querido salpicarme. Es más, no solo estoy limpia, sino que estoy brillante.
Sé lo que es dormir tranquilamente, sin deberle explicaciones a nadie, con el corazón sereno.
"Autenticidad... qué bien suena eso" me dijo alguien...
Yo desde aquí le digo: no solo "suena" sino que se siente muy bien.
Tan bien que me fue imposible devolver el golpe dado con violencia y en cambio esgrimí la verdad de mi corazón. Y salí limpia de la calumnia. Porque como lo digo en el título:
La sombra de un ser puro jamás se ensucia al transitar por el barro
FELICES PASCUAS. Yo también he resucitado.

Soy la voz que clama en el desierto




Bueno, creo que todo el mundo sabe que ése es en realidad San Juan Bautista. Sin embargo, me identifico con esa frase en el sentido de hablar y actuar para tener una mejor calidad de vida y mis palabras parecen caer en el desierto. Dignidad, eso necesito, dignidad laboral, no solo un salario que me permita vivir decentemente de él (soy muy austera yo...) sino la dignidad de trabajar en un sitio limpio, con muebles sanos, con vidrios en las ventanas, con pizarrones sin agujeros, preferiblemente pizarras de fibra porque la tiza me da alergia. Donde los bancos no estén llenos de dibujos de genitales masculinos ni llenos de ordinarieces escritas en las sillas donde las profesoras (y también los profesores) vamos a sentarnos para cumplir una tarea titánica que es, además, un apostolado.
Y amor... Amor del bueno, del que te ve por dentro, y te convierte en la mejor y la más hermosa porque embellece todo tu mundo y te hace sentir poderosa y fuerte...
Esa clase de amor, es la que hoy, a mi edad, siento. Alguien me lo provoca pero... no está en el lugar de mi vida que yo quisiera... TODAVÍA...
Es que a pesar de todos mis sueños rotos, no paro de luchar por ellos, y necesito desesperadamente tener esperanzas.
Por eso, a pesar de sentirme identificada con el Bautista... sigo actuando como el título de mi blog: "YO SIEMPRE SIEMBRO"

Los "métomeentodo"


¿Quién de nosotros no conoce a uno de esos "métome en todo" que sin que nadie le pida opinión o consejo se lo dan, y encima con aire de perdonavidas? La mayoría de las veces, estas personas no suelen ser muy leídas, ni con diploma de nada, simplemente son personas comunes, -como cualquiera de nosotros, bah- pero con lo que yo llamo "el síndrome de omnipotencia". Sus vidas no son las más ejemplares en cuanto a que no tienen todo bajo control: ni sus finanzas, ni sus familias, ni sus amigos, ni sus relaciones afectivas... ¡Son personas! por lo tanto, NO SON PERFECTAS NI LO SABEN TODO NI TIENEN LA SOLUCIÓN PARA TODO. Pero... ahí están, hurgando en la vida ajena, tomándose atribuciones que no le corresponden (dijera mi madre), dando consejos cuando nadie se los pide, y especialmente, CREYENDO QUE SI LE CONTAMOS NUESTROS PROBLEMAS DEL MOMENTO ES PARA QUE NOS DEN UNA SOLUCIÓN...
Opinan sobre todos los temas, como si se hubieran graduado en cada universidad con honores, y suelen cometer yerros enormes, pero... ¡imposible decirles que no es así!
La soberbia es su característica, junto con la total falta de autocrítica. Indulgentes para con algunas personas muy selectas de su entorno, y, naturalmente para consigo mismos, suelen ver la paja en el ojo ajeno pero no la viga en el propio. Mirar hacia dentro y reconocerse con errores y aciertos, defectos y virtudes, les da pavor. Salvo alguna que otra cosilla menor, son incapaces de reconocer culpas y defectos, siempre tienen una excusa para ser como son: INSOPORTABLES.
Suelen discutir lo indiscutible, aún ante las pruebas irrefutables de que están equivocados, dicen: "¡Qué raro!! y dejan así la puerta abierta a la duda... ajena, claro, porque jamás se paran a pensar: "¿Será que me equivoqué?" En su arrogancia, hieren a todo el mundo, y jamás paran mientes en ello. Naturalmente que pedir perdón, o al menos disculpas o decir "me equivoqué" no existe para estas gentes.
Pero como decía una prima de una ex vecina mía: "Yo espero", refiriéndose a cuando las personas dañan a otras a propósito. Una especie de resumen de aquel proverbio chino que reza: "Siéntate en la puerta de tu casa y verás pasar el cadáver de tu enemigo".
Estas personas, siempre encuentran quien las ponga en su sitio, más tarde o más temprano.

"Nosce te ipsum" Dicen que esta frase rezaba en el frontispicio del templo oracular de Apolo en Delfos.

"Homo sum, humani nihil a me alienum puto" Terencio.

Completada con esta otra de Terencio, viene bien para cerrar el post.
Solo quien ya se ha visto por dentro y sabe de qué pie cojea, puede darse, de vez en cuando, el lujo de la autoestima alta. Que no es lo mismo que soberbia... claro.