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domingo, 24 de junio de 2012

Soledad

El viernes, entre las 7:15 y las 7:30 partió mi mamá. Fue como les pedí a Dios y a la Virgen de Guadalupe: no fue de asfixia y yo no lo ví. A mi padre le cerré los ojos. No deseaba pasar por eso de nuevo. Ahora - por fin - descansa. Ya no sufre, ya no toma una parafernalia de medicamentos, ya no se ahoga, no se asfixia. Descansa y está con el único amor de su vida: mi padre. Fue su único hombre, no conoció otro. Dios los tenga en su seno. Para mi fue muy duro porque estaba sola al recibir la noticia. Pero tuve un ejército de ángeles que me sostuvieron. Los nombraré por orden de aparición en mi vida: Lic. Elena González, nos criamos juntas. Auxiliar de enfermería Milka Pereira, también crecimos juntas: es la hermana de Roberto, mi compañero de escuela, mi pareja de baile en el conjunto de danzas de la escolar y mi noviecito de los 10-11 años. Lic. Araceli Giribón, colega  joven de mi madre, trabajó en la Escuela de Enfermería que mamá tenía. La excelente médica e igual amiga Dra. Fanny Barrera, a quien le tocó la difícil misión de darme la noticia y, finalmente, Elisa, la encantadora y cariñosa señora que nos ayudaba a cuidarla. A Elisa, Fanny y Araceli, ¡GRACIAS! por ayudar a mi madre a irse de este mundo sin sufrimiento. A todas, por sostenerme en el momento de darme la noticia. A nuestra hermana ya, nuestra fiel Leo (Leonor), madre de mi ahijado, que hace 40 años que está junto a nosotros y seguirá estando aunque desde otro lugar, porque ahora su familia, es mi familia aquí en Durazno.A Lucía, la compañera de Bernardo, mi ahijado, que al igual que yo, a sus 22 años ya era un paramédico, que le alegró la vida a mi madre con sus tres soles: Rocío, Angelita y "la Pelito" (Jasmín) como le decía mamá a la pequeñaja. A mi viejo amigo Miguel quien desde su puesto en la Fundación FRIDLA, me proporcionó todo lo que, primero mi padre y luego mi madre, necesitaron para tener una mejor calidad de vida. A la gente de CAMID, a todos, a la Dra. Mara Corbo, por su sensata intervención en el momento preciso. A la Dra. Laura Bonfrisco, por llenarnos de alegría en cada visita. A la Lic. Vanessa Alonso por estar al pendiente, a las auxiliares y los auxiliares que venían y ya eran de la casa. A los funcionarios de oxigenoterapia, a Julio y Marquitos, los más viejos y a los nuevos. A los técnicos Cristina y Javier. A mis médicos, que además de ayudarme con mi enfermedad, me ayudaban a sacar fuerzas para sostener a mi mamá: Dr. Jorge Romero, Dra. María José López, Ps. Gustavo Esteves, todos los fisioterapeutas, al "Señor de las Agujas", Dr. Claudio Piquinela, mi amigo y médico acupunturista. Mi hermana vuelve a su vida a Montevideo. Dios me dio una misión aquí: cuidar de mis padres en los últimos años de su vida. Mi enfermedad tenía ese fin: que yo volviera a mis raíces. Hoy me siento muy triste, pero fuerte, entera: cumplí con mi deber, aunque la enfermedad y vejez de mis padres exacerbaran sus fuertes caracteras y mi propia enfermedad sacara lo peor de mí. Durante 4 años, mi vida personal estuvo entre paréntesis. Después de las 9 de la noche, en que ya no había quien se quedara con mamá (Leo, Lucía, mi hermana, o Bernardo) yo dejaba de tener vida propia. NUNCA, JAMÁS, dejé sola a mi madre ni diez minutos para ir a buscar una Coca Cola. Dios lee mi corazón, conoció mi dolor, mi sufrimiento, mi impotencia, mis malos actos, mis frutraciones... Me perdonó mis errores no solo porque se lo pedí, sino porque me lo demostró cumpliendo mi súplica de una muerte rápida y sin sufrimiento para mi madre. Mis padres, ya reunidos con Dios, me dejaron grandes cosas: VALORES MORALES, RAÍCES, ESTUDIOS, DESEOS DE SUPERACIÓN PERMANENTES Y DOS VALORES FUNDAMENTALES: ALTRUISMO Y SOLIDARIDAD. Gracias también al Padre Fabián, al Padre Sahid, a las Hermanas, a Rosa, la encargada de la Rectoría Parroquial. A todos los que, de uno u otro modo, estuvieron con nosotros. Ahora, a retomar las riendas de mi vida: trabajo, estudio (mi ballet no lo dejo ni loca y debo preparar mis clases), desafíos: proyectos varios ya en marcha y mi misión como catequista y organizar mi Ítaca en Durazno, donde Dios disponga. Dios no me dio hijos pero me dio alumnos: es hora de remangarse y empezar a trabajar y a vivir un ciclo nuevo de vida. Gracias a los amigos de aquí que me dejaron saludos y privados. Gracias por estar, por los llamados, los sms. He empezado a trazar un nuevo círculo para mi vida. Dios sabe qué me espera. Y a algunas cosas, como la vuelta a la docencia, la espero con impaciencia. Para quienes fuman, sirva el ejemplo de la historia de mi familia para que dejen el vicio, tal como lo dejé yo una vez. Me retiro a descansar, que todavía hay muchos trámites que hacer y estamos con la casa en plena refacción. Hasta mañana, Dios los bendiga.

monikkula  Miércoles, 7 Marzo 2012 03:23 

sábado, 23 de junio de 2012

"Le mal du siècle"


En el siglo XIX, el "mal del siglo" era "l' ennui", el hastío. Hoy, "le mal du siècle" es el estrés. ¿Por qué padecemos estrés las personas? Depende de las situaciones de cada uno. En lo personal, viene de un problema viejo no resuelto: no lograr el salario digno que me permita el derecho humano a darme de comer.
Hace diecinueve años yo iniciaba en mi juventud, una carrera que no estaba bien paga, pero que daba grandes satisfacciones a nivel personal: la docencia. Era joven, llena de ilusiones, de sueños, pero también de miedos que paralizaban muchas veces. Hoy, mi realidad es tan diferente en lo que al aspecto académico respecta... Ya no tengo los miedos de antaño y mi solvencia académica nadie la pone en discusión. Pero, cuando una persona debe enseñar algo a otro, su estudio es doble, porque primero tiene que entender lo que debe aprender, y, una vez aprendido, lograr que sea comprendido y aprendido por sus estudiantes. Cuando la asignatura es de pensar sobre la vida y los grandes temas de todos los tiempos, es trabajoso porque en estos tiempos postmodernos, solo se piensa en una cosa: DINERO.
Es entonces que aparece el estrés por trabajar mucho porque si no tienes el último modelo de coche y tus hijos no tienen el último del play station serán catalogados como sub especies sociales.
En cambio, en otros ámbitos, las personas nos estresamos porque chicos de 14 años nos escupen cuando intentamos dar clase, o nos insultan; porque pasamos frío junto con nuestros alumnos en salones helados, o calor, o nos faltan pizarras sanas, o tizas, o libros, o mapas para dictar la clase.
Una poeta uruguaya, María Eugenia Vaz Ferreira, iniciaba así un soneto: "Yo era la invulnerable..."
Bueno, así me sentía yo. Creía que podía con todas las adversidades y le ponía el pecho a las balas con una energía increíble.
Y hoy... me siento derrotada por el postmodernismo y padezco "le mal du siècle": el estrés.
Aguanté siete años, porque ningún´médico le daba importancia a mis contracturas y solo me indicaban ejercicios y relajantes musculares.
Hoy estoy de baja por estrés, luego de padecerlo sin tratarlo siete años. Y me pregunto ¿cuarenta días de baja serán suficientes para recuperar un daño que lleva siete años en mi cuerpo y mi mente?
Tengo ganas de llorar a gritos. Mi estrés es producto del desperdicio: estoy sobrecapacitada y no logro hallar un empleo que me dé de comer, y si le agregamos la edad, "complicado para Acuario."
Fe, es una palabra que tiene un gran peso. Ahora se me está haciendo liviana porque me he cansado de clamar al Cielo y decir que no soy Job.
Estrés y frustración: anverso y reverso de una misma moneda. Y sobre todo, mucho cansancio, de luchar por salir adelante sin éxito.
Dios me ampare, porque ya no puedo más. Asco da mi vida, y tanto estrés llevo, que hasta vomito del dolor en el cuello.
Dios no me olvide, porque ya no puedo más. La guerrera tiene su lanza quebrada y esta´desarmada ante el enemigo.
Job y yo, a estas alturas de mi vida, ya somos íntimos...

PUNTO DE SATURACIÓN


¿Qué pasa cuando una persona llega a un punto en que no puede más con su realidad? ¿Qué ocurre cuando se agota de luchar por cambiar su vida y sigue parada en el mismo sitio? ¿Qué le pasa cuando mira hacia atrás y ve que a nivel laboral antes, con menos experiencia y conocimiento rendía mucho más que ahora?
"Esto en los 90 no me pasaba" me comentaba una colega con la que me conozco hace 24 años. Esa misma frase se la había dicho yo la noche anterior a una amiga.
He llegado a mi punto de saturación. Entrar a un salón de clases y hallar adolescentes tirados más que sentados en los bancos, con cara de aburrimiento, de "spleen", de "ennui", más que otra cosa, es desalentador. Y cuando pongo la clase en marcha y comienzo a preguntar:
- Fulanito, ¿leíste lo que pedí para hoy?
- No.
- ¿Por qué no?
- Porque no tengo el libro.
- ¿Fuiste a la biblioteca a buscarlo o a leerlo?
- No.
Ahí, ya es frustrante. ¿Cómo se puede ser buen docente, explicar una buena clase cuando no se cuenta con el mínimo apoyo de quien debe ser nuestro compañero de tareas?
Miro para atrás, y me veo: llena de energía, siepre dispuesta a enriquecerme y a enriquecer a otros, llegando media hora antes a mis clases, con mi libro del profesor al día, los trabajos de mis alumnos corregidos de una clase para la siguiente, con mis clases perfectamente preparadas y, naturalmente, con una asistencia perfecta.
Hoy, de aquella joven llena de sueños, solo queda la que prepara sus clases (ahora, medianamente, porque el nivel es tan bajo que ni es necesario repasar o enriquecer un tema) y la que asiste todos los días sin faltar uno. Salvo por enfermedad, claro. Pero la actitud, cambió. Los planes que yo tenía para este año para mis alumnos, se han diluido en los tres primeros meses del año lectivo. El desinterés, la apatía, el "me importa un pito tu clase, hablar bien, escribir mejor..." hacen que salga al trabajo en el último minuto, que vaya arrastrando los pies en vez de ir a dar lo mejor de mí, que me enferme más que antes (no han sido muchas veces ,pero sí gripes más largas), que descuide el trabajo administrativo y sobre todo, que no me reconozca al dar clases. .
¿Dónde está la profesora que soñé ser, la que fui? No lo sé. Se la llevó el postmodernismo.
Por favor, si alguien encuentra mi vida... ¡¡DEVUÉLVAMELA!!
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