Mostrando entradas con la etiqueta proverbio. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta proverbio. Mostrar todas las entradas

lunes, 1 de diciembre de 2014

DOS AÑOS DESPUÉS...

El tiempo suele ser nuestro mejor aliado incluso en aquellos momentos en que "el que espera, desespera." Casi dos años exactos después de mi último posteo, la Justicia Divina se manifiesta al respecto. Ya me ha dado muestras de que a pesar de necesitar paciencia, MUCHA, MUCHA, PERO MUCHA PACIENCIA, todo llega en esta vida. No soy una mujer perfecta. Pero soy una buena persona que merece respeto y consideración. Y si aspiran a recibir eso, primero lo tienen que dar. Dos años pasaron desde que la serpiente salió del huevo y comenzó a arrastrarse silenciosa, buscando mi talón para morderlo. Y si bien logró mantenerme callada, esperando el momento que sería el indicado desde lo Alto, hoy llegó la hora de hablar con la verdad. Y que se caiga todo lo que tenga que caerse. El síndrome de omnipotencia elevado a su máxima potencia hoy recibió un sacudón importante. Pero fue con la Verdad dicha en su cara. Y no me preocupa saber qué pasará una vez que esa Verdad sea revelada ante quienes debieron verla y prefirieron ignorarla. Ahora que la máquina de la Justicia, (humana y Divina) se ha puesto en marcha, solo hay que seguir viviendo. 
Aquél proverbio chino "Siéntate en la puerta de tu casa y verás pasar el cadáver de tu enemigo" es MUY sabio. Dos años de misterio, dolor, conjeturas, ansiedad... saltaron en unos papeles llenos de mentiras. ¿Y ahora? QUE SE HAGA JUSTICIA, QUE YA ME TOCA...

martes, 12 de junio de 2012

Los "métomeentodo"


¿Quién de nosotros no conoce a uno de esos "métome en todo" que sin que nadie le pida opinión o consejo se lo dan, y encima con aire de perdonavidas? La mayoría de las veces, estas personas no suelen ser muy leídas, ni con diploma de nada, simplemente son personas comunes, -como cualquiera de nosotros, bah- pero con lo que yo llamo "el síndrome de omnipotencia". Sus vidas no son las más ejemplares en cuanto a que no tienen todo bajo control: ni sus finanzas, ni sus familias, ni sus amigos, ni sus relaciones afectivas... ¡Son personas! por lo tanto, NO SON PERFECTAS NI LO SABEN TODO NI TIENEN LA SOLUCIÓN PARA TODO. Pero... ahí están, hurgando en la vida ajena, tomándose atribuciones que no le corresponden (dijera mi madre), dando consejos cuando nadie se los pide, y especialmente, CREYENDO QUE SI LE CONTAMOS NUESTROS PROBLEMAS DEL MOMENTO ES PARA QUE NOS DEN UNA SOLUCIÓN...
Opinan sobre todos los temas, como si se hubieran graduado en cada universidad con honores, y suelen cometer yerros enormes, pero... ¡imposible decirles que no es así!
La soberbia es su característica, junto con la total falta de autocrítica. Indulgentes para con algunas personas muy selectas de su entorno, y, naturalmente para consigo mismos, suelen ver la paja en el ojo ajeno pero no la viga en el propio. Mirar hacia dentro y reconocerse con errores y aciertos, defectos y virtudes, les da pavor. Salvo alguna que otra cosilla menor, son incapaces de reconocer culpas y defectos, siempre tienen una excusa para ser como son: INSOPORTABLES.
Suelen discutir lo indiscutible, aún ante las pruebas irrefutables de que están equivocados, dicen: "¡Qué raro!! y dejan así la puerta abierta a la duda... ajena, claro, porque jamás se paran a pensar: "¿Será que me equivoqué?" En su arrogancia, hieren a todo el mundo, y jamás paran mientes en ello. Naturalmente que pedir perdón, o al menos disculpas o decir "me equivoqué" no existe para estas gentes.
Pero como decía una prima de una ex vecina mía: "Yo espero", refiriéndose a cuando las personas dañan a otras a propósito. Una especie de resumen de aquel proverbio chino que reza: "Siéntate en la puerta de tu casa y verás pasar el cadáver de tu enemigo".
Estas personas, siempre encuentran quien las ponga en su sitio, más tarde o más temprano.

"Nosce te ipsum" Dicen que esta frase rezaba en el frontispicio del templo oracular de Apolo en Delfos.

"Homo sum, humani nihil a me alienum puto" Terencio.

Completada con esta otra de Terencio, viene bien para cerrar el post.
Solo quien ya se ha visto por dentro y sabe de qué pie cojea, puede darse, de vez en cuando, el lujo de la autoestima alta. Que no es lo mismo que soberbia... claro.