Mostrando entradas con la etiqueta literatura. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta literatura. Mostrar todas las entradas

domingo, 24 de junio de 2012

El consejo del Premio Nobel



Hace mucho que no escribo. La vida me ha llevado por uno de sus lados oscuros y no he sentido deseos de escribir. Tampoco he tenido tiempo. Quien haya seguido esta bitácora, recordará que me vi obligada a abandonar "al amor de mi vida": la docencia. Pero como hay que vivir, comencé en su momento, el largo peregrinaje en la búsqueda de un nuevo empleo. Incluso me mudé a casa de mi madre, ya que la muerte de mi padre la dejó muy afectada y su salud, bastante precaria, se vino a pique. Créase o no, luego de buscar, preguntar, inventar, suplicar un empleo, aún sigo con las manos vacías. La pequeña renta por mi piso en la capital es todo lo que tengo. Materialmente hablando. Porque si alguna vez tuve zonas grises, melancólicas o tristes, hoy me las veo cara a cara con un mal terrible: la depresión. No estoy peor, según mis "psi" (quiatra y cólogo :P) porque soy una persona muy fuerte y tengo muchas reservas emocionales. Pero estoy entrando en la cuenta regresiva y tengo miedo.
Unos amigos selectos (lo que equivale a pocos pero buenos) me ayudan, cada uno a su modo. Algunos sin saber que lo hacen.
Recibí hace un par de días un correo con una pps sobre José Saramago, el Premio Nobel de Literatura. Sus citas eran interesantísimas y daban para pensar. Pero una de las más breves, me abofeteó en pleno rostro. Era esta: "No busques trabajo. Escribe."
Me quedé como encandilada por una potente luz que si bien alumbraba, no me dejaba ver con claridad. Y luego pensé: ¿Será que Dios se vale de Saramago y me está mandando un mensaje claro y directo? Buena pregunta. Quien haya leído algo de aquí, sabrá que la poesía es mi modo de comunicarme con el mundo y por eso la escribo. Pero un día, no hace mucho tiempo, decidí desafiarme y poner en el papel una idea que tenía un título muy vendedor... Y -creo- me metí en camisa de once varas y arranqué con una novela. Solo dos personas calificadas han visto parte de lo escrito. ¡Y les ha encantado! Entonces me pregunto: ¿no será que mi empleo es escribir?
Se aceptan sugerencias...

CINCO MESES DESPUÉS...


Hace cinco meses que no escribo. La última vez que escribí me recuperaba de una apendicitis aguda. Ha pasado mucha agua debajo del puente en este tiempo. Entre la desesperación del desocupado que se mata buscando un lugar en el mundo laboral, entre vivir ahora en una ciudad pequeña donde todos saben de todo y si no saben inventan, entre tener la cabeza llena de proyectos que no salen porque nadie los apoya o te dicen, como el tango: "mañana, después...". Y yo, podría decir, como el tango: "¿Después, a mí, me dicen como a un extraño?" Pero no importa. A pesar de todo, la esencia de la persona se mantiene y yo soy una guerrera y no lo puedo evitar. Así que me levanté, lustré mis armas, mi escudo, mi lanza; me puse "el tremolante casco" como el de Héctor, mi héroe homérico, y armada de proyectos salí a buscar qué hacer con mi vida. Golpeé muchas puertas que se abrieron, se deshicieron en elogios y aprovecharon mis ideas y saludaron con sombrero ajeno, sin siquiera invitarme a ver cómo había salido lo que yo ideé. Me recibieron aparentemente bien, pero luego noté cierto fariseísmo y decidí hacerme la tonta y no darme por aludida. Pero... En un lugar donde golpeé y me abrieron, donde no me conocían por no ser de la ciudad ni del departamento, recibí una calurosa bienvenida y mi proyecto presentado hoy es una realidad. El 31 de agosto, justo al terminar el mes, termina una etapa de mi vida y comienza otra. Ahora verán quién soy yo... Porque se han quedado con una idea vieja, no saben de mis estudios la mitad, ni de mis trabajos, y me siguen creyendo "una chiquita" como me dijo alguien que cree desmerecerme con ese comentario, solo porque es una señora mayor. Lo que tiene, en realidad, es MIEDO. Miedo a mi solvencia académica, a mi valor como docente y como persona. Entonces empecé a notar que no me invitaban allá, que no me respondían los sms, que no contestaban correos... Pero no importa: el primer objetivo está logrado. Mi curso de Literatura Comparada será un éxito, así concurran cuatro. Será un éxito porque yo lo decreté, porque no pasé mi vida estudiando y dando clases para que me descalifique sutilmente quien nunca supo cómo y cuánto trabajaba yo. A pesar de todo... ESTOY CONTENTA. Porque trabajaré nuevamente, algo vital para mí, y no solo por un tema de dinero, sino porque no sé estar sin hacer nada. Y estoy contenta porque la vida me devuelve lo que siempre fue mío. Dios se apiadó al fin de mí. Y la Virgen de Guadalupe también. Y la guerrera está nuevamente en pie, mirando el futuro con optimismo y dejando atrás a los fariseos... Que Dios los ayude y a mí no me desampare. He vuelto a la arena, he vuelto a luchar...

monikkula  Domingo, 23 Agosto 2009 20:03